El cronista de la revolución rusa pertenecía a una familia burguesa estadounidense. Su padre, un hombre de negocios de la industria de maderera de Oregón. Su madre, descendiente de una familia que había hecho fortuna en la industria del arrabio, era conservadora.
John Reed estudió en Harvard. En 1913 comenzó a trabajar para el periódico radical The Masses. En 1911, como corresponsal de guerra del Metropolitan Magazine, fue enviado a México para registrar la revolución de Pancho Villa.
Al estallar la I Guerra Mundial, volvió a trabajar como corresponsal de guerra, y escribió en 1916 La guerra en el este de Europa. Así llegó a Rusia, en plena efervescencia revolucionaria. Conoció a Lenin, y estuvo presente en la capital San Petersburgo durante las jornadas de octubre-noviembre de 1917 en las que tuvo lugar el II Congreso de los Soviets de Obreros, Soldados y Campesinos de toda Rusia y durante las semanas posteriores en que el congreso, liderado por el Partido Socialdemócrata Obrero de Rusia (bolchevique) acordó la toma del poder bajo el programa básico de conseguir una paz justa e inmediata, el control obrero de la industria y la reforma agraria en el campo.
Reed, acreditado como periodista, hizo un seguimiento diario del proceso revolucionario, asistiendo a las multitudinarias asambleas y a las reuniones de todas las facciones enfrentadas, entrevistando a los principales dirigentes del momento, e hizo una crónica diaria de la Revolución de Octubre. Este relato de primera mano con los detalles y el día a día de la revolución bolchevique quedó plasmado en su obra más famosa, Diez días que estremecieron el mundo, publicada en 1919.