En estas elecciones, te propongo un juego. Digo… vemos las noticias y hay elecciones este fin de semana, pero nadie está hablando de eso.
Por ahí resulta más interesante saber cómo será el módulo de la cárcel donde Jorge Valdivia compartirá con Eduardo Macaya, o por qué Polimá Westcoast se peleó con La Junta, puteó a Julio César Rodríguez y, de pasada, arruinó el cierre de campaña de la UDI en Independencia.
Aún así, todos sabemos bien que el domingo, a eso de las 18:00 horas, nos vamos a volver un poco locos, apretando F5 en la página del Servel y escuchando de fondo un conteo de apellidos que solo buscan responder difusamente a una pregunta: ¿Quién ganó?
Entonces, te propongo un juego. Un juego simple, que cualquiera puede jugar.
Hay cuatro papeletas: Alcaldes, gobernadores, concejales y cores. La papeleta más grande del país tiene 125 candidatos y mide más de medio metro. Con más de 300 comunas, el océano de aspirantes puede parecer interminable. Pero vamos a elegir tres para saber quién ganó.
Sí, tres. Tú podrás pensar que tres es algo poco científico. Y sí, pero ¿comparado con qué? ¿La Cadem filtrada? ¿La predicción de Pepe Auth? ¿La not encuesta Partner? Ellos también juegan, solo que no te lo dicen.
Bueno, juguemos: Cómo saber quién ganó. Con el diario del lunes tomamos el mapa y vemos quién sacó más candidatos electos. Simple.
Pero todos queremos saber antes…
En esta sociedad de la ansiedad no interesa el diario del lunes. Queremos tener un panorama claro lo antes posible. Entonces, la primera misión es elegir las comunas claves. Al principio uno piensa en 10. Claro, las 10 comunas con más electores podrían ser representativas del panorama nacional.
Pero hay un problema. Pensemos en la que tiene más electores: Puente Alto. Si queremos saber si en Puente Alto ganó el oficialismo o la oposición, ¿podemos hacer una asimilación automática, si Matías Toledo gana, de que es un triunfo del oficialismo? Formalmente no, porque el oficialismo tiene otro candidato. Simbólicamente, tal vez, ya que hay cercanía con algunos sectores del oficialismo, pero no con todos.
Entonces, Matías Toledo nos enreda, porque él representa otras cosas que el oficialismo no. Es un fenómeno por sí mismo.
Sigamos corriendo la lista: Maipú y La Florida. Acá me parece que los resultados no serán determinantes.
Es decir, sabemos que ganarán Tomás Vodanovic y Daniel Reyes. Pero un triunfo de Vodanovic en Maipú no implica un triunfo del oficialismo a nivel nacional. Lo mismo con Daniel Reyes, si gana, no significa una victoria de Chile Vamos. Ahora bien, si ambos llegaran a perder, me parece que estaríamos ante una debacle total de ese sector. Pero es muy poco probable que esa derrota se produzca .
Cambiemos el criterio entonces. Tal vez me interesa saber si los recientes casos de corrupción afectarán la decisión del electorado. Es una pregunta interesante y tendrá una prueba de fuego en Las Condes con Marcela Cubillos, altamente cuestionada por el sueldazo que ganaba en la Universidad San Sebastián y que se destapó en medio de la campaña.
Pero surge otro problema acá: Si gana Marcela Cubillos, gana la derecha. Pero si pierde Marcela Cubillos, también gana la derecha. Es decir, Catalina San Martín, de Evópoli, es la única que podría capitalizar esos votos de rechazo a Cubillos. Constanza Schönhaut, candidata del Frente Amplio, está más bien pensando en las parlamentarias, mientras que sería iluso pensar que Las Condes votará por una candidata de izquierda, en este caso, la otra Marcela Cubillos, Marcela Cubillos Hevia.
¿Es difícil elegir o no? A todo esto se suma la dispersión de candidatos, especialmente de derecha. Como no lograron armar un pacto común, en varias comunas ocurrirá que habrá canibalismo de votantes. Pasa en Valparaíso y Concepción, por ejemplo, donde hay batallas interesantes, con competencias internas en cada sector que boicotean sus propias candidaturas.
En Valparaíso, a Camila Nieto le resta la candidatura de Carla Meyer, mientras que a Rafael González le resta Juanma Valenzuela. En Concepción, la alta cantidad de candidatos de derecha podría terminar dándole la victoria al Frente Amplio.
Entonces el desafío es el siguiente: Elegir comunas donde el oficialismo se enfrente con la oposición más directamente y sin tanta dispersión. Y hay tres. Es decir, podrían haber más, y son tres las más importantes: Santiago, Viña del Mar y Ñuñoa.
Anótelo, entonces. Usted podrá saber quién ganó con los resultados de Santiago, Viña del Mar y Ñuñoa. Si la derecha gana en dos de tres, gana la derecha. Si el oficialismo gana en dos de tres, gana el oficialismo.
Te pusiste nervioso, ¿eh?
Profundicemos un poco. Las tres comunas tienen candidatos muy competitivos. Las tres tienen administraciones oficialistas, pero dos de ellas son históricamente de derecha (Ñuñoa y Viña del Mar). La tercera (Santiago) es conocida por su alternancia. Además, en una ganó el Apruebo en el primer plebiscito (Ñuñoa). Todos estos son condimentos que le imprimen incertidumbre al resultado.
En Santiago, llamada con un cliché tremendo como “la madre de todas las batallas”, la pelea es intensa. Diversos sondeos hablan de un empate y los candidatos han recurrido a todo tipo de estrategias. El otro día, pasando por el centro, fue imposible no notar que adherentes de Mario Desbordes mandaron a imprimir afiches con el video de Irací Hassler ahogando al humorista Hermann Heim en un sketch y los pegaron en las paredes de la capital con engrudo. Una locura.
En estas tres comunas también podremos ver, en mayor o menor medida, cómo influyen los casos de corrupción en el voto.
Sebastián Sichel y Desbordes han aparecido en el marco de la investigación del caso Hermosilla, mientras que Poduje arrastra consigo un millonario contrato con la administración de la exalcaldesa Reginato.
En las candidatas oficialistas, Irací Hassler, Emilia Ríos y Macarena Ripamonti, esto no se registra, pero su principal carga es su propia gestión, en un país donde lo más importante ha pasado a ser la seguridad. ¿Lo hicieron bien o mal? En parte, esta es una elección que plebiscita su continuidad.
Además, en estas tres comunas hay candidatos fuera de los pactos, pero ninguno es realmente competitivo. El camino está despejado.
Una derrota del oficialismo en estas tres comunas sería desastrosa. Seguramente implicaría cambios importantes en el gobierno y una (nueva) reestructuración de su agenda en la fase final de la administración Boric.
Una derrota de la oposición en estas tres comunas los golpeará significativamente. Es decir, nada puede ser peor que el 2021, pero se sentirá como una oportunidad desaprovechada, como un voto de castigo a la corrupción y la poca unidad en el sector.
¿No te convencen las tres comunas? Te ofrezco un bonus.
Hay una cuarta elección que, si no te convence el resultado de alcaldes, podría ser también un indicador para saber quién ganó, y es la elección a gobernador de la Región Metropolitana.
Seguramente, tú estarás pensando: “este tipo me está tomando el pelo, si no existe ninguna posibilidad de que gane Pancho Orrego”. Y sí, tienes razón. Ninguna posibilidad.
Pero lo que hay que medir no es eso. En este bonus, lo que hay que ver es si Claudio Orrego gana en primera vuelta o no.
Si Claudio Orrego, actual gobernador y figura que algunos ya están perfilando como presidenciable, logra el 40% y gana en primera vuelta, ratificaría un triunfo del oficialismo. Pero si Francisco Orrego, el candidato de RN y panelista de Sin Filtros, obliga a un balotaje, hablaría de un escenario mucho más favorable para la oposición en estas elecciones.
Listo. Con todas estas piezas sobre la mesa, ¿cuáles son tus apuestas?