¿Te acuerdas cuando el cable era importante? Esta semana, dos de las principales compañías mundiales de contenidos para el sistema de TV Paga decidieron hacer movimientos estratégicos que dan cuenta de la crisis terminal que atraviesan.
Por un lado NBC creó SpinCo., una compañía que toma todos los canales de cable y los separa de su red principal y su streaming. Por su parte, Warner Bros Discovery decidió crear una división dedicada a su estudio madre y a Max (su aplicación) y crear una separata llamada Global Linear Networks, en la cual se quedan las señales que ya estaban desmontadas de su producción original, sin estrenos y sin unidades de marketing.
En medio de estos cambios radicales de la industria, Columbia Pictures estrenó en cines un objeto de atención, en especial para quienes crecimos viendo TV por cable. Saturday Night es una película que juega con el reloj en tiempo real para sintetizar la primera temporada del clásico que años atrás emitió el Canal Sony y que hoy está disponible semana a semana en el paquete de señales de Universal en las cableras.
Para disfrutar la película, en especial para quienes estamos fuera de Estados Unidos, vale la pena una pequeña guía de contexto.
En la década de 1970, la TV estadounidense enfrentaba un cambio de público: Jerry Lewis perdía popularidad y George Carlin, un norteamericano que blasfemaba, empezaba a estar de moda.
La televisión, que aún vivía en un modo muy radial (CBS, NBC, ABC son empresas de radio que cambiaron de tecnología), no abrazaba todavía a los talentos de las generaciones jóvenes y estas los despreciaban.
El Dios de la tele nocturna era Johnny Carson -en el libro Mucha Tele de Marcelo Contreras y Rafael Valle, el mismo Don Francisco comenta que soñaba con ser su equivalente y por eso presentaba Noche de gigantes, que tenía un estudio similar.
Deseoso de tener más tiempo libre, Carson quería que las repeticiones del sábado de su programa pasaran a días de semana. Esto abrió la idea de los ejecutivos de NBC de crear un programa de variedades los sábados por la noche.
Con este fin llevaron a Lorne Michaels (interpretado magistralmente por Gabriel Labelle en la película), un canadiense que conocía la escena y ya había hecho algo similar en la televisión de su país. Frustrado con los límites, Michaels quería producir una versión estadounidense del programa que el grupo Monty Python hacía en Inglaterra.
En la cinta se ve la energía joven que entra a una tecnología en desarrollo: como si se tratara de una startup, el nuevo programa Saturday Night Live se instala con la intención de romper lo tradicional y la magia de crear algo nuevo. Para ilustrarlo, la película cuenta cómo el elenco intenta salir al aire esa noche del 11 de octubre de 1975 y para ello debe luchar contra la vieja institucionalidad de técnicos y ejecutivos del canal.
Saturday Night hace aflorar toda la nostalgia de lo que significó para algunos el intento de hacer un programa de televisión: tiempos muertos, miedos, guiones sin terminar, peleas y el botón de “Al aire” encendido para confirmar que sí, que se podía crear una idea novedosa para un país entero.
Saturday Night es una película hermosa para quienes nos gusta la TV.
De partida se construye con un plano-secuencia constante al ritmo de la música del gran Jon Batiste (hoy líder de la banda del late show de Stephen Colbert en Nueva York) y usa todos los espacios del estudio 8H del Rockefeller Plaza, que se pueden visitar si tomas el tour de la NBC en Nueva York.
Probablemente, si no eres de los míos, vas a pensar que los personajes están poco desarrollados y por eso necesitas este manual de instrucciones para verlo. Pero si estás dentro, puedes ver cosas maravillosas como el debut del comediante Chevy Chase (la estrella de Community) haciendo la parodia universal al noticiero, el Weekend Update.
El director de la cinta es Jason Breitman, quien refleja en la pantalla de manera magistral un hecho real: el actor John Belushi no firmó su contrato hasta minutos antes del debut.
En la cinta, los comediantes de SNL deben luchar contra el rótulo de Not ready for Primetime Players (“No listos para el horario estelar”) y viven la cuenta regresiva del estreno como una suerte de colapso, que finalmente decanta en un milagro televisado que se ha transformado en una piedra angular de la cultura de comedia global.
Dentro de los personajes entrañables que presenta Saturday Night hay una actuación doble que resulta notable, la de Nicholas Braun (que es el primo Greg de la serie Succession).
Braun interpreta a dos leyendas: a Jim Henson, el creador de los Muppets, que es sometido a un constante bullying por su amor y respeto a los muñecos; y al actor y guionista Andy Kaufmann, que antes encarnó Jim Carrey en la hermosa película Man on the Moon (1999).
Absolutamente al nivel, la performance de Nicholas Braun se mezcla con dos gigantescas actuaciones de Ella Hunt como la mítica Gilda Ratner y de Dylan O´Brian como Dan Aykroyd.
El programa Saturday Night Live ya es un clásico que cumplió 50 años al aire y va camino a su episodio número 1000. Parece increíble que en la era del streaming (donde difícilmente perduran los programas de variedades) un producto como SNL siga al aire con elencos que se renuevan año a año. Es una institución de la TV que ahora recibe un merecido reconocimiento con una película propia.
Saturday Night es un espectáculo para tevitos. Para los pocos que vamos quedando. La dejo recomendada para los fans de The Morning Show, The Newsroom o Network!