Crónica

Freestyle en Concepción


No hables de mí sin antes conocerme

“Si Violeta Parra siguiera con vida, estoy seguro que vendría a ver a los chicos, aquí en la Plaza Perú”, dice Cravan, poeta y juez de la Liga Inmortal. ¿Cómo le damos la oportunidad de ser escuchados no solo en el mundo underground? Este es el desafío para los co-fundadores de la Liga Inmortal, Reyeh y Nano. En esta crónica, Ilennia Ibañez Cid muestra que en la Liga -y en el freestyle- no todo es lo que parece.

Hay mucho de mí que no sabes. Sé que has oído de mí por las calles. Alguien que pasa al frente de mí sin decirme nada. Lo curioso es que mientras yo existo, improviso. Yo no vivo en el memento mori que enferma tu mente más bien soy el memento vivire que responde a lo que estás pensando, en lo que pensamos juntos.

Todos en algún momento, hablamos sin saber lo que estamos diciendo. Por eso, no me molesta que lo hayas hecho porque no habías tenido la oportunidad de conocerme. Ahora, que tengo tu atención, quisiera hablarte sobre mí. Quédate, ponte cómodo, que estoy seguro de que después de cerrar tu laptop o apagar tu celular para después cotillear con tus amigos, ya no me verás de la misma forma. 

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Partamos por el lugar en donde me crié: El Bronx, muy conocido en Nueva York. Mi madre se llama Hip y mi padre se llama Hop. Cuando era niño solía encontrarme a mamá afuera chismeando con los vecinos. Rara vez estaba en la casa, pero era parte de su trabajo estar al tanto de lo que ocurría en el barrio. En cambio, mi padre no dejaba de estar en movimiento. Siempre llegaba tarde ya que su espíritu le impedía quedarse quieto, tenía el beat que motivó a muchos a combinar sus habilidades, reunirse y crear un producto que manifestara lo que sentían. Sin embargo, la realidad de nosotros, de nuestra cultura recae en los brazos de la sobrevivencia. A veces me despertaba por las noches o veía como durante el día, venían al barrio pandillas de otros condados a enfrentarse con nosotros. Más de una vez papá me detuvo para que no fuera, pero hubo una fuerza que simplemente me impulsó a ir, no había una razón y en reiteradas ocasiones fui testigo de peleas, armas, muertes. Esa realidad solo la comprendemos los marginados, ese es nuestro margo y raíz. 

Entonces, ¿Dónde está nuestra voz frente a la marginalidad?. Solo nosotros podíamos resolver ese problema. Se tardó en encontrarla, pero como dije, en ese mismo límite que nos encontrábamos, la respuesta siempre estuvo frente a nuestros ojos. Luego, noté que una vida equivalía lo mismo que un sustantivo sujetado a un verbo, después a un adjetivo, adverbio y en un parpadeo, las peleas entre las pandillas se convirtieron en ataques verbales. Mi papá siempre tuvo la razón de que hay otras maneras de resolver los conflictos, aunque fuera para hacerle la burla a la muerte, sobreviviamos gracias a un juego de palabras.

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Escuchar. Siempre este verbo ha estado presente en nuestros sentidos y es el que menos usamos a diario. El día que mi hermano Rap me vio participar en una batalla y comprendiera lo que significaba para mí estar entre toda esa multitud, me dijo abrazándome “Este eres tú, Freestyle”. Para ese entonces, los ataques verbales dejaron de llamarse de esa forma, después de una década, lo que se conocía como un ataque dio origen a las batallas. Recuerdo que con mi hermano nos escapábamos de la escuela y pasábamos horas en un callejón cercano a la cuadra creando nuestras líricas. Luego, por la noche, íbamos a las fiestas del Ghetto para que Rap las expusiera. El DJ ponía un disco en su reproductor, arqueaba una media circunferencia sobre este, después una completa, cambiaba el disco y así. Con el beat sonando, los invitados empezaban a alejarse del centro para darle espacio a los raperos a exponer sus composiciones. Recuerdo que la semana pasada, Rap se enfrentó a La Rock, amigo y maestro de él, pero me contó cuando regresábamos a casa aquel día que Rock le había dicho que debía aprender de Moe Dee, al parecer estaba formulando una propuesta que le podría interesar, sin embargo, no lo ví muy interesado en el asunto. El host apareció en el cuadrilátero del salón con su carisma para energizar el ambiente. Busco el micrófono que estaba encima del reproductor del DJ y llamó al frente a Rap y Dee. 

Rap me dio unas palmadas en el hombro derecho y le pregunté si el sujeto era él. Volteo a verlo, asintio con la cabeza y me sonrió para tranquilizarme –estaba mucho más nervioso que él–. Antes de la exposición, el host les pide a los dos que se den las manos  y deja en claro que  este espacio es nuestro, que pueden soltarse con toda libertad. Con eso, todo el público levanta las manos y el host da comienzo al encuentro. 

Moe Dee inicia rapeando sobre lo que piensa de Rap, que será de él después. Mi hermano, en cambio, prefirió concentrarse sobre el formato de Dee, que si realmente iba a perdurar con el tiempo. Entre las profecías que ambos plantean del futuro, me pregunto cuál será la dirección de las rimas de cada uno, hacia donde van a llegar. No había visto a Rap tan entusiasmado haciendo lo suyo y yo sentía que me transmitía su qí. También quería estar al frente. El host me interrumpe y le presto atención cuando escucho que dice con el micrófono  “Al parecer Rap no sabe qué más responderle a Dee”. Veo que mi hermano se ha quedado sin rimas en la hoja, no sabe con qué continuar. ¿Qué me pasa?, ¿Por qué estoy inhalando más hondo y exhaló con más fuerza?. Cierro mis ojos, me armo de valor y paso al frente junto a Dee y no los abro mientras habló en no sé qué parámetro, me lanzo verbalmente con mis rimas que no están en la mano ni en mi mente. Las vómito. 

Al terminar, las abró, siento que el host toma mi mano y la levanta declarándome el ganador contra Dee. ¿Qué acabo de hacer?, no podía asimilar que jugué con los campos neuronales del Dee y lo derrotara, pero no me enfoque en decir rimas que ya tuviera planeadas, sino me enfoque en la sustancia de lo que estaba saliendo de mi boca; realmente escupí lo había acumulado hace tanto tiempo y esa fue mi oportunidad de liberarlo. Después de que Moe Dee me felicitara por mi desempeño, ninguno de los que estaba me dijo “hermano rapeaste” sino que escuche más que dijeran “ bro, improvisaste”. No planee nada, sólo deje que este trance que te dije naciera. Esta profecía, pienso, los cinco panes y dos pescados que Jesús multiplicó para la gente son en realidad el hambre del conocimiento que transforma a otros. Comprendí que a pesar de no haberlo escrito previamente, había en lo que dije una métrica que tal como me dijo mi hermano, se relacionaba con el formato que el Rock le dijo. Si bien el flow siempre está conectado, lo que acababa de entregar jamás lo había sentido. Sin dudas,  me estaba desligando de Rap y de mis padres Hip-Hop. 

Al parecer estoy como en un trance, pensé una tarde mientras caminaba y recordaba lo que había pasado hace unas horas. Silencio. Nadie deambulaba por las calles. Avanzaba sin ninguna ruta hacia donde ir. En un punto,  me detengo en frente de una calle que se parecía a la mía, tenía que ser de otro condado, pero seguía en Nueva York. Me aveciné y me preguntó para mí qué más habrá allá afuera, al otro lado, en donde no hay pandillas, ni grafitis en las paredes o alguien con quien rapear a diario. Pienso en eso y llego a la conclusión de que cada uno de nosotros tenemos una forma de vivir en la calle, en relacionarse con el mundo, en ser alguien, pero ¿Qué es ser alguien en esta vida? ¿Por qué ser alguien? ¿Lo soy en este momento?. Tanto mis padres como mi hermano hicieron su vida a partir de esto. Si Rap me dijo que estoy creando un nuevo formato ¿Cómo quiero que sea ese formato? ¿Cuál es mi identidad en este?. Quizás quiero encontrar mi lugar en este mundo, pero aún no….

Vuelvo a detenerme. No levantó la cabeza ni articuló ningún movimiento, solo percibo un sonido parecido al latido de un corazón que bombea en un compás de 4/4. Cierro los ojos y me dejo guiar por la onda sonora que oscila desde donde se encuentra. La data del estímulo generó que viera a un yo –que debe estar más allá de mi razonamiento– que está escalando una montaña, en búsqueda de una respuesta. La luz. El paraíso. Ellos. 

Me escondo detrás de una muralla y a esas horas de la madrugada en el estacionamiento de un supermercado que ya van a demoler, veo que los responsables de dicho mensaje son unos niños rapeando. Sus risas, los pasos frenéticos para rapear, el soundtrack de Tupac, más de lo que pienso se resume en lo que estoy viendo en ese momento. Ellos y los que vivimos de eso – o trance ahora que lo asimilo – tuvimos que hacerle a dios la guerra reiteradas veces y, aun así, hicimos un paraíso debajo de esta tierra. La tierra prometida es esta y todas mis dudas se limpiaron de mi pecho gracias a esa escena que rompió mi burbuja para ahora ser una supernova. 

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Hay tantos escenarios que te puedo nombrar: Freestyle Master Series, God Level, Dragones del Freestyle o DEM Battles, quién sabe dónde más este freestyleando.

De los arrebales que rodean la diagonal con sus cafeterías, bares y locales universitarios hacia arriba; desde el hemisferio del cielo cárdeno, se encuentra una galaxia justo allá abajo. En la tierra. Si pasas por ahí contemplas un sinfín de constelaciones que dialogan entre sí, ninguna es idéntica a la otra, cada una posee un brillo único que la identifica y esperan el momento para reunirse porque entienden que juntas sus voces son un caleidoscopio de estilos. Esta galaxia de la que te hablo tiene un nombre. Se encuentra en Concepción, específicamente en la Plaza Perú y todos los viernes a las 17:30 hrs me puedes encontrar ahí hasta largas horas de la noche. Así es, mi hogar es ahí, entre toda la multitud, la galaxia “Liga Inmortal”. 

Para muchos, la gran esencia de mi ser inicio con Demonios Penquistas, luego con Batallas Under, pero ahora, desde principios de febrero de este año, mi alma suspira con Liga Inmortal. Aquí tenemos una forma de vivir: primero esperamos a que todas las estrellas lleguen y se inscriban en la lista para después iniciar con los cosmofiltros. Luego de eso avanzamos de posición a octavos, cuartos de final, semifinal hasta  el último del podio y nombrar al ganador de la Ligalaxia

Alrededor de las 16:00 hrs una de las estrellas Nano se encarga de avisarles a todos que se anoten en la lista para los cosmofiltros. Entre medio de eso, a las 16:30 hrs, al lado de la Plaza Perú, los que ya están van hacia la sede de la Federación Estudiantil de la Universidad de Concepción para buscar sillas para los jueces u otros recursos que necesiten. Los jueces pueden variar, pero quien participa constantemente en esta galaxia es Cravan. Gracias a él, he descubierto que, esa conexión que sentía entre mi mente y corazón al momento de estar en contacto conmigo mismo, mi oponente y el público se le llama trance verbal.

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Ya veo. Tuviste la misma reacción mía cuando Cravan me comentó sobre este término. La verdad, cuando sabes del trance verbal comprendes más sobre el efecto que causó en las personas. No te alarmes porque te lo explicare de la siguiente manera:

18:00 hrs: El animador Matías Ortega les pide a todos reunirse en el círculo que está ubicado entremedio de dos árboles en la Plaza Perú.

18:01 hrs: Invita a que pasen adelante los freestylers:  Animus y Esezeta.

18:02 hrs: Matías toma su celular, escoge un beat y dice hacia todo el público: “Si yo digo Liga tú me gritas Inmortal.. Liga” y todos responden “Inmortal”. Todo esto dos veces.  Luego define que comienza Animus y luego responde Esezeta. Dos entradas de 30 segundos por cada uno. 

18:02:33 hrs: Nano les pide a todos que se motiven y Matías incentiva con fervor diciendo: “Mano arriba” mientras todos mueven su mano en sincronía con el beat e inicia la cuenta regresiva. 

18:03 hrs: Entró en escena. Abrazo Javier por detrás y le susurro al oído derecho –déjate llevar, estoy a tu lado–. Cierro los ojos y permito que mi corazón se conecte con el suyo. Los abro y despierto en el alma de Javier y cobró vida en este superhumano que es capaz de ser quien yo quiero que sea. En este momento ya no es Javier, sino Animus. No hay espacio para la memoria, en este instante, dejó de ser quien era. Lo someto al cambio y así también su lenguaje. Las rimas de Animus son expresadas junto a un vaivén de movimientos. El beat conecta con su cuerpo y su corporalidad danza entre sus brazos y piernas. Nos columpiamos juntos y admiramos a todos los que nos rodean en este espacio heterotópico que vivimos, apartado de quienes pasan en frente del círculo. Mi alma sintoniza con él, Esezeta, el ambiente y yo. Eso solo significa una cosa: Lo que tanto quería Javier, está presente en Animus. Termina de freestalear. Regresa Javier.

18:03:30 hrs: Ahora, Vicente necesita de mí. Me acerco a él y le doy unas palmadas en ambos hombros. Pienso en mi mente “Ya sabe lo que tengo que hacer”, doy un paso que conecta directamente con su pie izquierdo e ingresó en él. Sacudo mi nuevo cuerpo, doy pequeños brincos de un lado a otro y la mirada de Vicente radia ahora bajo los ojos de Esezeta. Lo que me emociona de este superhumano es que sincronizamos el mismo sentimiento. La emoción se le nota con tan solo ver la metamorfosis de su rostro, se me acalora por completo la cara y mi postura cambia al punto que responde a lo que estoy sintiendo. Adrenalina. Se lo que digo, pero al mismo tiempo, canalizo toda una vorágine de ideas que erupción como un volcán hacia el público. Las vómito. Están murmurando. Terminó de darle voz a Esezeta y escuchó a mi alrededor varios gritos. Certero. Lo logré. Desvelé una verdad. Conecté con lo que pensaban y lo expuse a viva voz. Regresa Vicente. 

       Luego de estos segundos ocurre exactamente el mismo procedimiento. Lo que cambia es su contenido, propuesta y el flow de cada uno. Para que lo comprendas, el trance verbal es una intropersección, pero al mismo tiempo, es un juego que cada uno lo arquea a su manera y dentro del caos de la vida, el poder sincronizar con su superhumano les permite reconocer, comprender y evaluar su realidad. Esta es su forma para interpretar el mundo. No solo es poesía, también es teatro, música, sentirse vivo. Por eso, mi corazón es la voz que les ofrezco a cada uno y con eso, el mejor regalo que te pueden darte a ti como persona y que lo puedes recibir todos los viernes en este espacio público es escuchar. Escuchar tu testimonio y no solo el tuyo sino que tú también puedes escuchar el testimonio de todos. 

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Mi hogar, pero ¿Por qué es mi hogar?, si no vivo solamente en este espacio, al contrario, estoy en varias partes del mundo. Qué ilógico. Pero la realidad es así.

Con los años uno comprende que necesita encontrar el lugar en donde pertenece. Un refugio. Quizás no te has dado cuenta, pero diariamente vivimos sometidos a una monarquía y no me refiero a esta política que nos han hecho creer, sino que la verdadera política inicia en uno, en controlar cada gesto, actitud, palabra por otro, pero lo escogemos nosotros. Por eso, estas estrellas necesitan de un sustento terrenal que les permita vivir fuera de este cuadrilátero verbal donde allí pueden cambiarle el sentido al mundo, el que yo les regalo. 

No todos los días las estrellas Viento, Animus, Aquiles, Drizzy, Bezthia, Teorema, Esezeta, Thomy, Lluvia, Libre, Mob, Erreka, entre muchas más, son ellas. Enfrente de ti solo son personas comunes y corrientes que tienen una vida, un hogar donde llegar, una familia a la cual abrazar, un espacio en donde descansar. No obstante, ¿Quiénes somos nosotros para saber qué duelo combate cada uno?. No podemos tenerlo todo, nuestra existencia está jactada de heridas que de alguna otra forma tenemos que sanar. 

En esta búsqueda de la que te hablo, con estas estrellas ocurre lo siguiente: Todas ellas en algún momento se refugiaron en la escritura como armadura para enfrentarse al resto, a ti. Con el transcurso del tiempo, se dan cuenta que todo eso que está escrito como un libro abierto pueden transmitirlo. El tema es cómo hacerlo. 

He escuchado que el error de cualquier principiante es querer ganarlo todo. Sin embargo, yo no lo veo de esa forma. Aquí nada es una equivocación, el que alguien quiera ganar en cada batalla es porque es la manera en la que uno se siente aceptado y reconocido por las demás estrellas. Necesitan que validen su esfuerzo, por lo mismo, el conseguir una victoria es sinónimo de que el tiempo que invierten conmigo vale la pena. 

De ahí que mi galaxia les otorga a cada uno lo que tanto han anhelado: una oportunidad. Todos quisiéramos tener una porque nada se recibe con los brazos abiertos. Así son las reglas del juego. Las que hemos establecido como sociedad. Sin embargo, para nosotros juega a nuestro favor ya que nos convertimos en seres políticos que en nuestros testimonios evidenciamos las penurias, conocimientos, mundos. Aquí tenemos otras reglas. Rompemos el silencio. Destruimos los sentidos. Nos desahogamos.

Un hogar no es el que está escrito genéticamente. Es una mentira. El tener un hogar para estas estrellas es la Liga porque aquí todas comprenden que soy su soporte y juntos podemos crear un arte, pero no cualquiera, uno que esté vivo como nosotros. Un arte vivo.

 Eso es lo que soy yo.  Yo, Freestyler soy un arte vivo y seguiré viviendo mientras exista la calle para entregarte mi corazón y cuerpo en él. 

A estas alturas estoy seguro de que pensarás que no somos tan distintos después de todo. Solo te diré esto para que ahora puedas continuar con lo que estabas haciendo antes de conocerme. Te invito a ti, lector a no ver el mundo como es sino cómo te gustaría que fuese. Así como yo. Así como todos lo deberíamos hacer. 

Liga Inmortal comienza un 17 de Febrero de 2023 con el objetivo de traer a Concepción una competición constante que permitiera que se retomara con frecuencia la competencia freestyle a un alto nivel en la VIII región, y que de la misma manera, se transformara en un campo de aprendizaje para los competidores y espectadores. Es así como se pone en marcha una creativa y exigente tarea de realizar batallas todos los días viernes, llegando a contar con más de 40 fechas a día de hoy.

Fotografías de Diego Figueroa, Migrar Photo.