Año 2019, meses antes del estallido social. Los flashes de las cámaras disparaban y los reporteros permanecían callados al otro lado del podio, mientras el abogado Teodoro Ribera entregaba sus primeras declaraciones como ministro de Relaciones Exteriores de Sebastián Piñera.
Apenas el nuevo secretario de Estado terminó su monólogo inicial, Cynthia Rubios, en ese entonces periodista de TVN, se adelantó en tomar la palabra para preguntarle acerca del pasado: “¿Usted puede entregarle garantías a la ciudadanía de que no le va a pasar lo mismo que en el año 2012, cuando estuvo envuelto en críticas a propósito de estos correos que había intercambiado con el expresidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA)?”.
Como si hubiese estado esperando la pregunta, Ribera contestó: “Es importante aprender del pasado. Los acontecimientos que tuvieron lugar hace algunos años impedían que yo, como ministro de Justicia, me pudiera defender y producían, también, un daño al gobierno”. Con eso, recalcó que no hubo imputaciones a dicha acusación, que le valió el cargo, y garantizó que era algo que no volvería a ocurrir.
“Chile es un país joven y en transformación, pero con larga tradición democrática e instituciones sólidas.”
Con una amplia trayectoria política y más de 30 años de filiación en Renovación Nacional, Teodoro Rivera a menudo es presionado. Como diputado del Distrito 51, como vicepresidenta de la Cámara de Diputados, como integrante de TVN, como ministro de Justicia, como Canciller. Estas dos últimas experiencias “enriquecedoras, pero igualmente sometidas a gran presión. Obligaba al cumplimiento de objetivos presidenciales, pero igualmente enfrentar la conflictividad y las demandas sociales”, dice a Anfibia Chile.
Como Canciller, se vio obligado a intentar explicar lo inexplicable: cómo fue el estallido social. “Chile es un país joven y en transformación, pero con larga tradición democrática e instituciones sólidas”, manifestó ante sus pares del G-20.
No tenía cómo saber que, solo años después, sería presionado por su partido para dar inicio a un segundo proceso constituyente, consecuencia de aquellas manifestaciones. Estaba ejerciendo su cargo como rector de la Universidad Autónoma cuando un grupo de senadores y la mesa de Renovación Nacional le hicieron la invitación para ser parte del grupo de 24 comisionados del Comité Experto en el nuevo proceso.
Para Ribera, las experiencias tanto en el sector político como universitario, le brindaron “una mirada más amplia”, y ello, dice, “facilita los procesos de aproximación y acuerdo que demanda este proceso constitucional”. Hoy en el Comité de Expertos forma parte de la subcomisión de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Medioambientales, grupo que ha sido de los más lentos en avanzar, especialmente por la discusión de que Chile sea un Estado Social y Democrático de Derecho.
Pero su principal intervención fue en otra materia: por la norma que establece umbral electoral de 5% nacional para los partidos políticos que buscan llegar a la representación parlamentaria en el Congreso Nacional: “Una cláusula de un 5% va a eliminar- perdonando la expresión- los partidos callampa y va a hacer florecer partidos más grandes, pero eso tiene que ir acompañado fuertemente con democracia interna y con rendición de cuentas, además de partidos más transparentes y abiertos a la ciudadanía”.
Esto, aseguró, “va a permitir que los partidos no representen tanto al caudillo, al liderazgo de una persona individual, sino que presenten ideas globales donde la gente se pueda considerar siendo parte”.