Estado y trabajo: ¿asunto separado?

ECONOMÍA POPULAR

Por Malena Hopp y Valeria Mutuberría Lazarini

La discusión sobre los “planes sociales” y su tensa relación con la “cultura del trabajo” irrumpe con frecuencia en medios de comunicación y redes sociales.

Las calificaciones negativas y estigmatizantes hacia sus “beneficiarios/as” proliferan. También las sospechas sobre el rol de las distintas instancias gubernamentales y las organizaciones sociales que participan de su implementación.

Estas controversias son una oportunidad para repensar formas de intervención estatal adecuadas a las transformaciones del mundo del trabajo.

Bajo distintos formatos, las estrategias estatales buscan recrear un mundo del empleo asalariado que, dadas las transformaciones tecnológicas y productivas aceleradas del sistema capitalista mundial y local, está en retroceso.

Hoy, nos encontramos ante trabajadores/as asalariados que son pobres, no llegan a cubrir con su salario las necesidades básicas.

Por otro lado, una gran parte de la población genera su propio trabajo. Lo desarrolla de manera individual, familiar o colectiva, sin la seguridad y las regulaciones y las protecciones necesarias.

Experiencias de trabajo y organización comunitaria poco (re)conocidas son las que permiten diariamente generar trabajo, cuidar y sostener la vida de parte importante de nuestras comunidades.

Comprender estas experiencias implica problematizar el trabajo bajo relación de dependencia y la movilidad social ascendente asociada a una sociedad salarial.

Implica romper con la idea del trabajo asalariado como único medio de distribución de ingresos, derechos y protecciones. También como organizador de la política pública y de la vida política de los/as trabajadores/as.

Y permitiría reconocer, valorar y proteger otras experiencias de trabajo realmente existentes.

Articular la diversidad y heterogeneidad de los modos de trabajar y vivir que propone la economía popular, social y solidaria es un gran desafío.

Uno que nos permitirá fortalecer y recrear sistemas económicos, sociales y políticos posibles en donde entren y cuenten todes. Donde el fin último no sea la acumulación de la ganancia sino la reproducción ampliada de la vida.

Estado y trabajo: ¿asunto separado?

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